Cómo adaptarse sin problema. Brindan expertos
varios consejos para quienes inician cursos en otra escuela.
Comenzó el nuevo ciclo escolar y en el salón de clases ya no
está aquel niño popular y juguetón. ¿A qué se deberá? La falta de dinero, los
largos recorridos de la casa al colegio o un entorno hostil que afecta a los
alumnos son algunas de las causas del cambio de escuela.
"Muchas veces el factor económico es determinante para
cambiar a un niño. Es importante que los padres analicen, antes de inscribir a
su hijo en un colegio, si podrán sostener las colegiaturas durante todo el
ciclo escolar. "En ese sentido es conveniente tener un fondo de ahorro
para evitar las carencias económicas y que, por esta razón, el pequeño tenga
que abandonar o suspender sus estudios".
De acuerdo con la especialista, otro factor que interviene
es que la casa y el trabajo de los padres estén lejos de la institución, pues
el tiempo de traslado es mayor y esto genera estrés, al igual que cuando los
hijos están en diferentes escuelas, pues resulta complicado transportarlos.
"Cuando los niños se cambian de una escuela en la que
han permanecido por un largo tiempo, les cuesta trabajo adaptarse a las nuevas
circunstancias. Previo al cambio, es importante hablar con ellos y conocer
físicamente el espacio antes de que comience el periodo escolar.
"La actitud de los padres determina la reacción de los niños.
La familia debe explicarle el porqué de la situación y siempre hablar
positivamente de ésta", agregó la experta.
Por otro lado, hay ocasiones en que si un alumno tiene
problemas, como por ejemplo, de déficit de atención, es idóneo que pertenezca a
un grupo reducido con horarios estructurados y es benéfico el cambio.
Situaciones a favor
Si los alumnos continuamente
tienen un mal rendimiento escolar, sus calificaciones son bajas y sienten mucha
presión, entonces quizás sea conveniente cambiarlos de escuela.
Además, si son hostilizados por sus maestros o compañeros,
también puede ser momento de tomar cartas en el asunto.
"En ocasiones surgen problemas con las maestras o las
personas de la dirección. A veces son las mismas escuelas las que piden que ya
no regrese un pequeño, pero en cuatro de cada cinco casos, los niños se van
porque los papás los cambian.
"El tiempo de adaptación a la nueva academia puede
llevar de dos a tres semanas. Los padres deben ayudarle a su hijo a procesar
esta situación. Una de las maneras es enfocarse en el presente y no hablar de
lo que se dejó en el pasado".
Los primeros días, asegura un especialista, es normal que
los pequeños estén nerviosos, pero es importante ayudarles a canalizar sus
preocupaciones e insistirles en que todo estará bien.
Existen beneficios
Aunque preocupa a los
padres qué pasará, generalmente es fácil aceptar el cambio.
- Cuando se cambie de escuela, el pequeño se involucrará con
nuevas maestras y compañeros, lo que le permitirá tener un mejor desarrollo
psicosocial.
- Si en la escuela anterior el niño era etiquetado por sus
compañeros, al entrar a un colegio diferente podrá reinventarse a sí mismo.
- Será más tolerante a los cambios y tendrá nuevas
experiencias qué contar. Esto enriquecerá su vida.
Un nuevo camino
Acompañe a sus hijos
para que el comienzo de las clases sea positivo.
- Para que los niños se familiaricen con su nueva escuela,
los papás pueden llevarlos a visitar el nuevo colegio o enseñarles dónde está
ubicado.
- En caso de que sea viable, el alumno puede platicar con el maestro antes de que empiecen las clases.
- Es importante platicar con los pequeños sobre
cómo les fue durante el día, qué conocimientos aprendieron y cómo es su
relación con sus profesores. De esta manera, sentirán el apoyo de los padres.
- Con el objetivo de que tenga una rápida integración
social, el niño puede invitar a sus nuevos amigos a su casa y así tratarlos
fuera del colegio.
- Para que puedan involucrarse con el cambio, es importante
hacerlos partícipes de la compra del nuevo uniforme y los útiles escolares.
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