Cuando los niños leen bien, aumenta increíblemente su
aprendizaje durante sus vidas y surge un potencial bastante grande en el futuro
de su desarrollo.
Pero cuando sucede lo contrario y los niños leen muy
pobremente, se les cierran las puertas, lo mismo que las posibilidades, la
escuela y el aprendizaje se vuelven más bien una carga o algo peor. Como
resultado, los niños que no saben leer bien, cuando sean adultos, van a sufrir.
La investigación demuestra que existen condiciones bajo las cuales a los niños les
llega a gustar la lectura, y dichas condiciones se deben aprovechar desde muy
temprano.
Existe mucha evidencia, para demostrar que las
familias que le dan importancia a la lectura, escritura, y a la forma de
hablar, ofreciendo amplias y calurosas oportunidades para la lectura de libros
de cuentos, tienden a crear hijos que desde muy temprano son niños competentes
en la lectura. Es fácil ver por qué es esencial que las familias y los demás
encargados del cuidado de los niños, se esmeren en crear un ambiente donde se
goce de las lecturas y donde se compartan los libros.
Nunca es demasiado temprano para empezar
a leerles a los niños. Por ejemplo: los dibujos brillantes y de mucho colorido
fascinan aún a los mismos infantes que apenas están aprendiendo a enfocar sus
ojos. Y aún antes de que sus ojos puedan enfocarse, el sonido de la voz de
quien está leyendo atrae la atención del bebé.
A la edad de cuatro o seis meses, los infantes pueden
enfocar su vista en los dibujos, y se empieza a desarrollar la coordinación de
sus ojos con las manos. Este es un buen tiempo para introducirlos a los libros
señalándoles las cosas. Al final del primer año, muchos infantes pueden señalar
esas mismas cosas ellos mismos. Este es un paso muy importante en el
aprendizaje del lenguaje.
Los libros cortos y familiares tienen mucho atractivo para
los niños. El ritmo y la repetición de los poemas para infantes, por ejemplo,
hacen que los niños sientan como si las palabras y los sonidos fueran sus
amigos. Conforme leen una y otra vez sus libros favoritos, se desarrolla otro
paso importante, el de juntar el sonido de la palabra con la palabra escrita.
Los ritmos y los sonidos que los niños gozan cuando son infantes llevan consigo
un valor mayor de alegría: les ayuda a construir su sensibilidad hacia los
fonemas, un conocimiento crítico en el aprendizaje de la lectura.
Los niños antes de ir a la escuela necesitan de cercanía y
cariño. El calor, el compartir personal de uno mismo con un libro y con su niño
fomenta en los niños el amor a la lectura. Es buena idea dejar que los niños
lleven la pauta en la lectura, dejándolos que escojan los libros y los lugares
donde quieran leer. Hay que ser muy generosos en el tiempo que se les dé a los
niños para que vean bien los dibujos; así es cómo van aprendiendo pistas del
cuento que van leyendo.
El ambiente de familiaridad que se va desarrollando en los
niños cuando se comparten cuentos con adultos que se preocupan por ellos es el
mejor regalo que las familias y quienes cuidan de los niños, pueden ofrecerles
a los niños, ayudándolos a emprender un excitante viaje en la carrera de su
aprendizaje.
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